No creo que esta vaya a ser la carta más poética que vaya a escribir, pero sin duda será la más honesta.
Escribo cobardemente en un espacio donde sé que ustedes nunca lo verán, las palabras que he soñado en decirles en cada momento e instante. Escribo para ti hermano, para ti hermana, para ti papá, para ti mamá, para ti sobrino; ustedes ángeles que me han acompañado toda mi vida, protegiéndome y amándome, y que yo muchas veces he recompensado con una cara fría y un saludo ausente.
Es gracioso que yo me atreva a decir que por cada uno de ustedes yo estaría dispuesto a morir (una y mil veces, antes de verlos derramar una lágrima), pero que muchas veces me es tan difícil demostrarles lo mucho que siento por ustedes. Me han enseñado a ser valiente, especialmente tu hermano mio, eres mi héroe que fue herido en batalla, pero que sabe que saldrá victorioso de la guerra. Me han enseñado a ser una persona alegre, así como tu hermana mía, que me enseñas a reír en cada momento. Tu madre mía, eres mi estándar de sabiduría y mi eterna fuente de amor. Y tu padre mio, eres mi ejemplo a seguir, tus sueños se han convertido en los míos y mi mayor ilusión es que algún día digan "el es el hijo de su padre", porque eso va a significar que soy la mitad de hombre que tu eres.
Gracias a ustedes, soy lo que soy. Cada gramo de imperfección se los debo a ustedes, oh bella imperfección!
Los amo!