11.23.2011

Esto es para aquellos por quienes daría mi vida...

No creo que esta vaya a ser la carta más poética que vaya a escribir, pero sin duda será la más honesta. 

Escribo cobardemente en un espacio donde sé que ustedes nunca lo verán, las palabras que he soñado en decirles en cada momento e instante. Escribo para ti hermano, para ti hermana, para ti papá, para ti mamá, para ti sobrino; ustedes ángeles que me han acompañado toda mi vida, protegiéndome y amándome, y que yo muchas veces he recompensado con una cara fría y un saludo ausente.

Es gracioso que yo me atreva a decir que por cada uno de ustedes yo estaría dispuesto a morir (una y mil veces, antes de verlos derramar una lágrima), pero que muchas veces me es tan difícil demostrarles lo mucho que siento por ustedes. Me han enseñado a ser valiente, especialmente tu hermano mio, eres mi héroe que fue herido en batalla, pero que sabe que saldrá victorioso de la guerra. Me han enseñado a ser una persona alegre, así como tu hermana mía, que me enseñas a reír en cada momento. Tu madre mía, eres mi estándar de sabiduría y mi eterna fuente de amor. Y tu padre mio, eres mi ejemplo a seguir, tus sueños se han convertido en los míos y mi mayor ilusión es que algún día digan "el es el hijo de su padre", porque eso va a significar que soy la mitad de hombre que tu eres.

Gracias a ustedes, soy lo que soy. Cada gramo de imperfección se los debo a ustedes, oh bella imperfección!

 Los amo!


11.14.2011

Hoy te soñé...

Paseando por las oscuras y vacías calles de mi barrio, viendo como un negro cielo me sonreía con los únicos astros que se había atrevido a mostrar: Un Marte y un Venus que me miraban con atención, como si el mismo universo tuviera la intención de decirme algo; y una luna en su cuarto menguante que hacía la forma de una sonrisa y me regalaba paz al corazón.

Extraños pasan a mi lado, pero son simplemente un elemento más de todo ese paisaje que he tenido el placer de presenciar, junto al sonido de un viento incesante y la música que siempre me acompaña haciendo la banda sonora de mi vida. 

Luego te vi. Todo fue tan irreal y rápido, que a veces dudo haya sido una ilusión en el desierto de mi soledad. Sin duda alguna, si fuiste un sueño. Y fue el primero y el último de su especie. 

Hoy te soñé, y tu no estabas conmigo.

Eras feliz, estabas riendo. Tenías ese brillo en los ojos que decía que ese gozo había llegado a lo más profundo de tu espíritu y de tu alma. Y no era yo quien causaba eso en ti.

Abrazaste con tal fuerza al extraño, que parecía que se convertían en un solo ser sin límites entre el uno y el otro. Y era alguien más con quien te confundías.

Lo besaste con la intensidad de mil soles, pero no lograste cegarme lo suficiente como para leer tus labios cuando dijeron: Eres mi vida. Y mis oídos no te escucharon.

Esperé con ansias para ver si esa sombra sacaba en algún momento rasgos míos, pero rápidamente se hizo evidente que en ese cuadro yo solo era un espectador.

Te extraño! ... Te extrañaré!