Hay pocas verdades en esta vida, que cuando estuviste frente a una es imposible negarla y decir que paso. Hoy tomo el suficiente coraje para aceptar algo con lo que siempre he luchado en hacer público:
Dios es grande. Dios es maravilloso. Cristo es mi señor.
Vivimos con tanto miedo ante que dirán los demás, que nos volvemos inútiles ante lo que realmente es valioso e importante. Pues hoy dejo de tener miedo ante las cosas importantes de mi vida.
Papá. Quiero decirte que te quiero mucho, que agradezco a Dios por dejarme ser tu hijo. Has sido un excelente padre y me sentiría orgulloso de ser la mitad del hombre que tu has demostrado ser.
Madre. No pude haber deseado por una mejor mamá que tú.
Rene. No pude haber pedido por un mejor hermano que tú.
Sheila. No pude haber pedido por una mejor hermana que tú.
Fernando. No puedo imaginar mi vida sin mi sobrino favorito.
Melissa. Gracias por ser esa mujer tan especial y linda como has sido hasta ahora. Te amo. Gracias por aceptar ser mi esposa y gracias por ser la madre de mis hijos.
Gracias Padre por dejarme ser valiente aunque sea una vez en mi vida.